Experiencias de Taller

Comunicación escolar en la Web

notanatiLos cuentos cortos que escribieron los alumnos de primer año. Los avisos de la campaña de reciclaje, que diseñaron los de tercero. O los documentales sobre el consumo de alcohol que presentaron en cuarto, para el trabajo práctico de Biología.

Cada año, en las escuelas se llevan a cabo actividades de aula, muestras, festivales, acciones solidarias y otras iniciativas, que se planifican con un sentido pedagógico, integrando aprendizajes. Además de establecer objetivos, temas, ejercicios y recursos, ya hay instituciones que agregan a esos proyectos didácticos un nuevo aspecto: ¿cómo difundirlo en la Web?

Las ventajas, con respecto a otros canales de comunicación, están a la vista. Las redes y las plataformas de publicación son fáciles de usar, permiten subir contenido multimedia, interactuar con los usuarios y actualizar en tiempo real. Al igual que sucede en otros ámbitos -la vida profesional, laboral y social-, llegaron al aula para quedarse.

Fue así como la directora y los profesores de la Escuela Secundaria Básica N° 43, de Villa Ballester, advirtieron que la comunicación escolar se modificaba en el entorno digital, y tomaron la decisión: capacitarse. A mediados de octubre, estaban listos para llevar a cabo el taller Planificar un medio digital, coordinado por una de las profesoras de la Fundación Noble, Natalia Usiew.

Es aprender a pensar una nueva manera de mostrar lo que se hace, en una plataforma digital. En general estamos del lado del navegante, y acá, nos ponemos del lado del productor. De ahora en adelante, uno se va a ubicar en los dos roles todo el tiempo.

“¿Qué es noticia?”

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Dar a conocer información institucional, promover proyectos educativos, mostrar trabajos y difundir actividades fueron algunas de las principales razones por las cuales los docentes valoraban publicar una revista digital.

Las ideas iniciales surgieron a partir de los dispositivos y equipos que tenían a mano -celulares, netbooks, notebooks-. La primera consigna fue reflexionar sobre sus propios consumos de medios, describiendo aquellos sitios que utilizaban con frecuencia.

 

 

Originar y plantear un diseño y, a partir de ahí, que los alumnos pueden modificarlo y generar contenidos. Así podemos trabajar todos los temas, los que se ven en el aula y los que nos permiten atraer a los chicos a nuestra escuela.

notanati1Al detenerse en los nombres, los cabezales, los colores, las tipografías, las imágenes, la selección de las notas y otros indicadores, descubrieron, por ejemplo, cuál era el concepto -aquello que se busca transmitir desde la home o página de inicio- de las páginas Web que más usaban.

Más tarde, llegó el momento de establecer algunos criterios de selección para los sucesos que se publicarían en el medio escolar. En ese sentido, la capacitadora consultó: “¿qué es noticia en esta escuela?”. “Lo que nos sale bien.” “Lo importante para los alumnos. O para los profesores y los padres. No sé. Al final… ¿para quiénes escribiríamos?”. De esa manera comenzó un debate sobre la forma en que la institución buscaba darse a conocer al resto de la comunidad. En la comunicación escolar, existía la tendencia a difundir las experiencias positivas.

Sin embargo, advirtieron que presentar temas de discusión, lo que está en proceso -como los preparativos de un acto escolar o un concurso-, o las problemáticas de los alumnos, podía contribuir al medio, volviéndolo más representativo del colectivo al cual pertenece.

Animarse a la escritura digital

En la tercera actividad, los profesores recuperaban videos escolares desde Youtube y fotos guardadas en el archivo de la escuela. Hasta apareció un cuaderno de comunicaciones para chequear algún dato. Era el momento de animarse a la noticia digital. La consigna: redactar textos aplicando pautas de escritura en la Web, como palabras clave en los títulos (que funcionen como etiquetas), narrar en forma compleja (combinando videos, audios y fotos) y buscar hipervínculos para la lectura en capas de información. No faltaron las suposiciones sobre los comentarios que harían los usuarios en cada nota.

Cerca del final, el salón se había convertido en una redacción improvisada. Según el rol asumido por cada uno, aparecieron editores, redactores, fotógrafos y diagramadores. Por lo bajo, al ritmo de la ronda de mate, también se deslizaban rumores, que circulaban por los pasillos de la escuela. (Pero, como ya se sabe, lo que no se prueba, no se publica.)

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