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Quien haya presenciado -o participado- de una conversación entre docentes, habrá comprobado con cuánta rapidez la charla crece en anécdotas, ideas y comentarios propios de la labor en el aula. Y si eso ocurre a diario en las salas de maestros o de profesores, es fácil imaginar cuántas experiencias más podrían surgir en un encuentro que supera los 200 educadores, como el que tendrá lugar el próximo jueves 29 de junio, en el Instituto Superior del Profesorado N° 2 Joaquín V. González, de la ciudad de Rafaela, en Santa Fe.

En esa institución, emblemática de la provincia, la Fundación Noble presentará dos talleres de la temática Crecer entre medios: del consumo cultural infantil a la producción de contenidos propios, destinados a docentes de nivel inicial y primer ciclo, y estudiantes de profesorados. Fuimos convocados por la Prof. Miriam Roca quien participó del espacio de capacitación llevado a cabo en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.

En la propuesta, se brindarán orientaciones para planificar actividades que estimulen la imaginación, la creatividad y el juego en los niños, a partir de los cuentos tradicionales.

Con los personajes, valores y mensajes que transmiten los cuentos clásicos, los invitamos a recrear nuevas versiones de esas historias, y aprender a comunicarlas a través de diferentes soportes y formatos de los medios, como el soporte digital y el lenguaje sonoro, explica Lorena Betta, asesora pedagógica de la Fundación.

Una de las estrategias pedagógicas utilizadas en Crecer entre medios, consistirá en la transposición de los géneros de ficción-como un acting o un radioteatro- a los de información -como una crónica o una entrevista, por ejemplo-, y viceversa. Así, los participantes tomarán contacto con conceptos y herramientas para fomentar la expresión de ideas y el uso de distintos códigos comunicacionales, en la sala o el aula de primer ciclo.

Las capacitadoras de la Fundación Noble estarán entregando también al director del Instituto, Lic.  Guillermo Saenz y a la Prof. Roca,  una donación de material bibliográfico editado por Clarín para la biblioteca del profesorado.

Docentes en colaboración

La convocatoria de los talleres en Rafaela es similar a la que tuvo la misma temática el mes pasado, en la ciudad santafesina de San Justo. En ese entonces, hubo 230 docentes que asistieron al taller realizado en el Colegio Urbano de Iriondo del Niño Jesús. Fue solicitado por Mg. Mónica Andrea Astore, coordinadora de Educación de esa localidad e inauguró un ciclo de cuatro talleres que se realizarán durante el año, abarcando las temáticas de Crecer entre medios y cuentos, Estudiar en la cultura digital, Aprender a convivir y Educación digital.

Hubo momentos de juego y mucha creatividad: recrearon las historias de los cuentos clásicos populares, como por ejemplo el de Caperucita Roja y, a partir de esos relatos, produjeron nuevos contenidos, como diálogos originales, crónicas periodísticas y avisos de bien público, comenta la coordinadora de la actividad,  Claudia Cadenazzo.

Para facilitar la dinámica de taller que caracteriza a las capacitaciones de la Fundación, en los casos de amplia convocatoria, se invita a algunos docentes a colaborar, acompañando  a los grupos de trabajo durante la etapa de producción.

 Sabemos que la metodología de taller es efectiva cuando la cantidad de participantes es la adecuada para permitir el intercambio y la escucha entre todos. Pero a veces nos encontramos con desafíos, como ocurre cuando hay tantos educadores interesados. Por eso, en esos casos, decidimos implementar la estrategia de los coordinadores de mesa, y funciona muy bien, afirma Cadenazzo.

A través de los espacios de formación que ofrece la Fundación, los docentes y los estudiantes, de nivel terciario y universitario, pueden aumentar sus competencias de enseñanza, sumando herramientas para la planificación didáctica y la selección de recursos, e incorporando metodologías activas, como el aprendizaje por proyectos. En ese sentido, el esquema de voluntarios quienes coordinen a sus colegas, les permite experimentar una forma colaborativa de gestionar el tiempo en el aula. Luego, pueden replicarla en sus clases, porque no olvidemos que de la experiencia también se aprende.