Tenemos que redefinir la educación secundaria
Por Walter Grahovac. Ministro de Educación, Provincia de Córdoba.
“La meta es el camino”, tal como dice el personaje creado por Borges, el maestro Paracelso, a su apresurado, ambicioso y frustrado discípulo. Es justamente en el recorrido en el que debemos detenernos, interpelar y revisar nuestras prácticas, tanto como Estado, sistema educativo, instituciones escolares o en el rol de educadores. La comprensión de que la mejora efectiva de la calidad educativa sólo es posible si pone en el centro a la escuela, a través de políticas públicas pertinentes, de la responsabilidad institucional y el compromiso de cada comunidad, es lo que nos permitirá producir la sinergia necesaria para aumentar la potencia educadora de las instituciones educativas.
Hace años se plantea la necesidad de innovar, de estar atentos a los cambios científicos y tecnológicos, de aumentar la escolarización de los jóvenes, desarrollar sus capacidades y mejorar la calidad de sus aprendizajes. Pero hay que ser más honestos: no alcanza solo con incrementar las habilidades básicas de la lectoescritura, de la matemática o las del mundo del trabajo. Hay que redefinir la educación secundaria.
Esto supone una perspectiva integral y no, como algunos piensan, aumentar contenidos en algunas materias. Para poder desarrollar capacidades que permitan a nuestros estudiantes el ejercicio ciudadano y la participación cultural, su inclusión en el mundo laboral y su desempeño académico –funciones propias del nivel– la secundaria debe formar en todas esas competencias de forma simultánea y romper con el modelo enciclopedista.
El conocimiento no se presenta en compartimientos estancos. La formación laboral además de habilidades técnicas, enseña ciudadanía y nos introduce –por qué no– al mundo de la cultura. A través de saberes académicos también mejoramos nuestras capacidades para el trabajo y permitimos la continuidad de estudios superiores. Por lo tanto, hay que caminar hacia un currículum integrador, con nuevos formatos de enseñanza que potencien el uso de nuevas tecnologías y que prioricen el desarrollo de las capacidades que la sociedad actual demanda a nuestros estudiantes.
Discutir otra cosa es mirar la escuela con ojos de otras décadas.