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Newsletter #1: ¡Auxilio! ¡Mis estudiantes usan la inteligencia artificial! Claves para pensar la enseñanza en tiempos de algoritmos

La tecnología no es el enemigo, pero sí un entorno que exige habilidades, criterio y acompañamiento

La irrupción de la inteligencia artificial (IA) está transformando nuestras formas de construir conocimiento, vincularnos y habitar la escuela. Frente a este escenario, desde Fundación Noble abrimos este espacio para reflexionar junto a docentes, estudiantes y familias de la comunidad educativa sobre un interrogante que nos parece central:

¿Cómo formar ciudadanías críticas, democráticas y reflexivas en un presente cada vez más mediado por plataformas, aplicaciones y sistemas de IA?

Primero, lo importante: la IA no es una herramienta más. Se trata de un fenómeno cultural, social y político que reconfigura la noción misma de inteligencia, como así también (una vez más) la de autoría. Filósofos como Eric Sadin advierten que plataformas y aplicaciones de IA ya no se limitan a asistir nuestras decisiones: las condicionan y, en muchos casos, las reemplazan. (La inteligencia artificial o el desafío del siglo. Anatomía de un antihumanismo radical. 2020). ¿Quién produce el conocimiento hoy? ¿Qué significa educar en un mundo donde los algoritmos sugieren, evalúan y predicen nuestras acciones?
La educadora y tecnóloga educativa Carina Lion plantea que estamos frente a dilemas didácticos inéditos: entre la autonomía y la delegación, entre el juicio crítico y el deslumbramiento técnico. La pedagoga y escritora Mariana Maggio, por otra parte, lo resume de esta manera: enseñar en la era de la IA implica aprender a ver lo que está ocurriendo (y viniendo), planificar propuestas de enseñanza éticas, híbridas y colaborativas, capaces de recuperar la experiencia como eje del aprendizaje. (Didáctica y tecnología. Encrucijadas, debates y desafíos. 2024)

¿La persona + IA?

La obra del profesor e investigador de Harvard, David Perkins (La escuela inteligente), nos trae un concepto clave: la persona-más, entendida como una inteligencia distribuida que integra al sujeto, sus saberes, sus vínculos y sus tecnologías. Perkins propone romper con la imagen del sujeto aislado, portador individual del saber, para pensar en el aprendizaje y la construcción del conocimiento como una actividad compartida entre personas, herramientas y contextos. Un fenómeno colectivo, social. En este sentido, aprender no se trata solo de almacenar información en nuestra cabeza sino de construir entornos de acceso significativo a la información y el conocimiento. El pensamiento se despliega en red y, de este modo, el entorno participa activamente en nuestro aprendizaje. De este entorno participan, por supuesto, las tecnologías digitales.

En la era de la inteligencia artificial, donde aplicaciones como ChatGPT, Gemini, Meta y DeepSeek (entre tantas otras) pueden redactar ensayos, traducir textos o resolver problemas matemáticos, un interrogante crucial atraviesa las escuelas: ¿restringir el uso de estas herramientas o educar para su comprensión crítica y creativa?

El concepto de la persona-más de Perkins nos ofrece una brújula conceptual importante. Según este autor, para quien el conocimiento no está restringido al interior de nuestras mentes, pensar y aprender son procesos que ocurren en red, en un entramado social que incluye personas, herramientas, materiales, saberes previos, dispositivos y lenguajes. Esta red conforma un sistema cognitivo ampliado: la persona-más-cuaderno, persona-más-app, persona-más-comunidad. ¿La persona-más-IA?

Desde esta mirada, el problema no es que los estudiantes deleguen tareas en una IA, sino cómo participan críticamente del proceso, cómo acceden, interpretan, transforman y se apropian del conocimiento en ese nuevo ecosistema de medios.

¿Existen sugerencias para implementar la IA en las escuelas?

Según el informe Desafíos e impactos de la inteligencia artificial (UBA), algunas claves para orientar nuestras prácticas docentes son:

  • Formar equipos interdisciplinarios con saberes tecnológicos, didácticos y de marcos teóricos diversos.
  • Construir marcos normativos claros sobre el uso de IA en las escuelas. Trabajar de forma colaborativa con todos los miembros de la comunidad educativa.
  • Diseñar propuestas didácticas que fortalezcan el pensamiento crítico y la autonomía.
  • Promover una pedagogía de la pregunta frente a la automatización de las respuestas.
  • Promover la realización de proyectos de investigación sobre el impacto, los sesgos y los efectos de la IA en los distintos niveles del sistema educativo.

En próximas ediciones de este Newsletter abriremos un espacio para conocer experiencias, dudas y propuestas de docentes y estudiantes de todo el país frente al uso (y no uso) de aplicaciones de IA en las aulas.
En tiempos de algoritmos, creemos más que nunca en el poder de la palabra, la escuela y el pensamiento colectivo.

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