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Una de las mayores expertas en tecnología educativa: «Todavía no sabemos qué hacer con la inteligencia artificial en el aula»

La argentina Sabrina Seltzer habló con Clarín acerca de los principales avances hoy y los desafíos a futuro.

Por Ricardo Braginski para Clarin.com

La vida de Sabrina Seltzer (41) tiene mucho de azar y sus circunstancias. Nacida en Mar del Plata (“como el Dibu Martínez”, se enorgullece) se recibió de economista en esa ciudad e hizo una maestría sobre educación en la Universidad de Quilmes.

“Por amor”, dice que se fue a Chile acompañando a su marido en un proyecto. Estando allí aplicó para un puesto en transferencia tecnológica de la Universidad Católica de Chile y entonces el azar hizo que esa universidad se aliara con el Tecnológico de Monterrey (México) y que éste la convocara para dirigir un área clave del «Instituto para el Futuro de la Educación». Hace tres año y medio que vive en Monterrey, junto a su marido -que ahora la siguió a ella-, y a sus hijos.

Ese instituto es el que organiza el Congreso Internacional de Innovación Educativa (el más grande sobre educación de Iberoamérica), que por estos días reúne a más de 4.200 personas de 36 países. Seltzer está a cargo del área “Edtech” del congreso.

Habló con Clarín sobre los principales avances de la tecnología educativa hoy, del impacto de chatbots como el chatGPT creado por Elon Musk que tiene la capacidad de crear por sí mismo respuestas para cualquier pregunta, y cómo debiera ser la formación docente en este contexto.

– ¿Qué se entiende por Edtech y cuáles son los principales avances hoy?

– Edtech para el mundo hispanoparlante es un acrónimo de “education” y “technology”. La definición de tecnología educativa no la tenemos que entender solo como tecnología digital, sino que es cualquier herramienta o instrumento que diseñamos para usar en un campo disciplinar.

– De hecho, el aula o el pizarrón es una tecnología…

– Exactamente, la escritura es una tecnología. Entonces Edtech son las tecnologías que usamos en los procesos de enseñanza aprendizaje, o inclusive en la gestión de estos procesos.

– ¿Cuáles son los principales avances en estos momentos?

– Lo distinto en los últimos tiempos tiene que ver con la incorporación de tecnologías de punta que originalmente no se habían diseñado pensando en la educación, pero que se incorporan al aula e impactan en la educación.

– ¿Cuáles?

– Por ejemplo, la inteligencia artificial. Ahora hay mucho chatbot, como el chatGPT, que es toda una gran discusión sobre si hay que usarlo. Ya salieron países y universidades a prohibirlo.

 ¿Y cuál es su visión con respecto a chatGPT?

– Justamente hoy discutíamos acá sobre eso. Estábamos viendo un post en donde estaban usando ese chatbot no estudiantes para responder a un examen, sino alguien de gestión universitaria que le preguntó cuál era un plan estratégico para una universidad. Y le devolvió el plan estratégico. Y dice esa persona que la respuesta del chatbot es muy similar a la que ellos lograron en un largo proceso de discusiones. Para mí este chatbot con inteligencia artificial debiera ser una herramienta de insumo: en lugar de nosotros empezar a hacer una investigación de planes estratégicos de universidades, preguntarle. Pero esa respuesta debiera ser la base, el borrador. Y decir, okey, ya tenemos el borrador, dimos un paso, más rápido, más económico, más fácil. Ahora discutamos en nuestra universidad estas líneas generales que ya sabemos incorporaron otras universidades. Si lo usamos así es una gran herramienta, disminuimos costos, consultarías y demás.

– ¿Y este chatbot en el aula para el aprendizaje?

– Ahí, es un tema. Creo que la inteligencia artificial sigue siendo valiosa para incorporar información, pero no para que tome decisiones por nosotros. Una universidad australiana volvió a los exámenes tradicionales, lápiz papel, sin ningún artículo electrónico para poder hacerlo. Y lamentablemente volvemos a eso. Al final es criterio. Hay que empezar a repensar todo, incluso los procesos de evaluación. No se si es volver al papel y lápiz, pero hay que pensar: ¿qué es lo que tenemos que evaluar? ¿Otras habilidades? Un chatbot con inteligencia artificial te da la información, pero evaluemos entonces liderazgo, colaboración, toma de decisión, negociación más allá de la información.

– ¿Pero qué se está discutiendo entre los expertos y líderes en educación global con respecto a esto?

– Estamos en medio de una discusión, todavía no sabemos hacia dónde va. Entonces, aquellas universidades, países o lugares que están tomando decisiones en realidad están mirando lo que hacen otros. Por ejemplo, acá en la Universidad de Monterrey estamos mirando qué vamos a hacer nosotros. Lo mismo que cuando la discusión era si las tablets o notebooks debían usarse en el aula: no se sabía qué hacer, pero ahora todo el mundo lo incorporó. Lo mismo nos está pasando a esta altura con la inteligencia artificial. Otros chatbots ya están incorporados, como en admisiones, en dudas.

– Pero es otro tipo de chatbots, están preprogramados. ChatGPT, en cambio, crea las respuestas…

– Sí, es una gran discusión. Las instituciones educativas también estamos viendo qué dicen las áreas éticas de las instituciones y los estados. Qué pasa con esto, con usar la información disponible, hay temas de propiedad intelectual, no sabemos cómo se alimenta esa inteligencia artificial, y si la información es pública.

– Nos detuvimos con la inteligencia artificial, ¿qué otras avances tecnológicos impactan hoy en las aulas?

– En este congreso vamos a lanzar un libro sobre sustentabilidad, el primero con realidad extendida y aumentada.

– ¿Cómo es eso?

– Uno va a poder acceder al libro digitalmente, por cualquier plataforma, como un Kindle por ejemplo, pero viene con recursos que si los abrís desde tabletas o celulares inteligentes podes ver imágenes en realidad aumentada, y no hace falta cascos. Se puede usar en el aula, para captar más la atención de los estudiantes. La realidad aumentada no fue pensada para la educación, pero la educación es un sector más que requiere de esta innovación. También hay aplicaciones para aprender química, arquitectura, física, por ejemplo, algunas con los lentes que te permiten ver e interactuar junto a inteligencia artificial, o web 3 que es el metaverso.

– ¿Cómo se aplicaría el metaverso en educación?

– Es como si tuviéramos un mundo, pero construido digitalmente, en la virtualidad. Y vos sos un avatar. El Tecnológico de Monterrey tiene un campus virtual en metaverso y uno puede recorrerlo como si fuera físicamente. Por ejemplo, si una persona está en una sala y otra en otra, si están lejos no se escuchan, pero a medida que avanza el avatar y se acerca empieza a escuchar y empieza a interactuar con el otro. Y replica salas, cafeterías, campus, en un mundo completamente virtual. Es complejo, pero podés tener un campus internacional de manera virtual con personas que de otra manera no podrían conectarse en forma física. La contra es que extrañamos la presencialidad. Hasta el momento, en el Tecnológico no se está pensando que uno reemplace a otro, sino que convivan para diferente tipo de actividades.

– ¿Y la holografía, de la que se habló en años anteriores?

– Sigue estando como posibilidad, en realidad es telepresencia. Es como si fuera presencia holográfica. Para eso se necesita montar una sala transmisora y una receptora, para que se pueda hacer. En la transmisora está el docente y en la receptora donde están los alumnos aparece el docente de cuerpo real, no es un zoom.

– El tema si se justifica semejante inversión…

– No es tan caro. El Tecnológico, por ejemplo, hizo su propio desarrollo para que no sea tan caro. Y no es más caro que montar una sala híbrida que toma a los que están hablando y te panean.

– ¿Qué tipo de formación se necesita para que todo esto no sea un juego y sirva para la enseñanza?

– Es una muy buena pregunta. Porque siempre podemos seguir creando y generando, pero si no tenemos en cuenta a quienes facilitan ese proceso de enseñanza aprendizaje es muy difícil. Y eso son las y los docentes. Hay diferencias entre los docentes jóvenes que ya fueron formados y capacitados con el uso de estas tecnologías. Pero tenés que ir incorporando los nuevos que van saliendo y a aquellos más grandes, y con más experiencia, que tiene mucho valor, pero que no están aggiornados a esos cambios tecnológicos. Un área donde tenemos que invertir es en la formación docente, y en la formación continua. Lo que estaríamos esperando es que los docentes de verdad se continúen formando para poder atender estas nuevas necesidades.

– ¿Los ve motivados para eso?

– Hay de todo. Es como cualquier incorporación de tecnología. Los más motivados, los que se llaman early adopters, a esos los tenés que cautivar. Son los que te van a llevar adelante todo, si querés probar. Son los que quieren probar, que se animan, les interesa innovar y que los estudiantes se sientan más comprometidos con lo que pasa en el aula. Y si tenés docentes así en tu escuela, podés ir contagiando y viendo qué funciona.

– ¿Y las autoridades?

– Siento que se les viene encima la ola, que saben que tienen que innovar, pero a veces no saben cómo. Hoy hay una sobreoferta de soluciones y tecnologías educativas y a veces los líderes no saben cómo hacerlo. En algunos ministerios de algunos países hay centros de innovación. Eso se necesita: un agente interno que esté monitoreando y mapeando qué es lo que pasa tecnológicamente y cuál de esas cosas hacen match con las necesidades que tenés para decir okey esta tecnología o recurso podemos probar. Pero creo que vamos para allá.

Monterrey. Enviado especial

Vía Clarín.com

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