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Padrinazgo de Escuelas “Dr. Roberto Noble”: 50 años en colaboración

escenarioEn la Escuela Primaria N° 91 “Dr. Roberto Noble”, de Senillosa, en la provincia de Neuquén,   todavía se puede escuchar el eco de los aplausos con que fueron despedidos Paola Dattoli y Gustavo Carrizo, directora y vicedirector salientes, luego de 30 años de docencia en la institución. Esa mañana calurosa de mediados de diciembre, también se festejaba el encuentro con las nuevas autoridades y se entregaban los diplomas a los alumnos que terminaron séptimo grado. Por eso, desde hacía varias semanas, la comunidad entera -educadores, alumnos, exalumnos, padres, abuelos y vecinos, incluso- estaba comprometida en la preparación del festejo. Para tres generaciones de senillosenses, la 91 -así la llaman-, es parte de su familia. En las aulas, además de aprender, comparten la vida.

“Yo siempre elegí ser parte de esta escuela, en los distintos roles que me tocó asumir: desde maestra de grado interina hasta directora. Cada decisión fue muy pensada. Fueron muchos los momentos vividos, algunos personales y otros de la vida escolar. Los niños, sus historias de vida, su cariño, los lazos con los colegas, los proyectos concretados y todas las acciones realizadas para que la institución cumpla la función de enseñar. Me los llevo en el corazón.”, explicaba Paola, a cargo  de la escuela hasta hace unos meses.

Agentes del cambio social

En el encuentro, casi familiar, que se llevó a cabo en el patio y salón de actos -engalanado con guirnaldas y flores de papel-, se hizo presente la Fundación Noble. En esa ocasión, fue María José Schiariti, la coordinadora general, quien participó de la despedida a los directivos, entregándoles sendas plaquetas, en reconocimiento a su labor; y renovó el apoyo a la directora y a la vicedirectora entrantes, Gladys Riveros y Margot Maite Hurtado, respectivamente.

“Desde la Fundación, llevamos 45 años apoyando la labor de las escuelas y estableciendo lazos con los directivos y los docentes. Pensamos acciones en función de los desafíos y las necesidades que cada institución tiene. Esa modalidad de trabajo es clave, porque nos sentimos parte, comprendemos sus realidades. Nos reciben con cariño, nos abren las puertas y nos invitan a colaborar.”  afirmó María José.

Este año, la visita coincidió con el Cincuentenario de la Fundación, que se ha dedicado, durante su trayectoria, a fortalecer el rol de las escuelas como espacios de formación de las nuevas generaciones.  En ese sentido, facilita la comunicación entre las instituciones y las áreas del Gobierno, a través de peticiones y asesoramiento en cuestiones de políticas públicas, por ejemplo; e instala capital cultural en la comunidad educativa -conocimientos, herramientas y recursos que potencian la enseñanza-.

“Resumir 30 años en un minuto no es fácil. Como vicedirector ya jubilado, hoy veo que lo más importante fue haber pertenecido a un grupo de maestros que pensaban a la escuela como un lugar de compromiso. Confiábamos en nuestra capacidad de progresar y en todos los cambios que podíamos hacer nosotros. Es el mejor recuerdo: todas las veces que pusimos el hombro y buscamos alternativas para mejorar. Y eso mismo me gustaría transmitir a los niños.” compartía  Gustavo  mientras convidaba mate en la dirección de la escuela.

 

Esforzarse abre caminos

equipo.movida.Los actos de cierre del ciclo lectivo suelen provocar recuerdos, satisfacción por la labor cumplida, expectativas. También, la certeza de que esforzarse abre caminos: eso se sintió durante la ceremonia de traspaso de la bandera nacional, de los alumnos de séptimo grado a los de sexto. Lo mismo sucedió cuando los dos séptimos, de ambos turnos, mañana y tarde, recibieron el diploma que los convirtió en egresados. Sobre un total de 50 alumnos que terminaron la primaria, hubo 24 destacados a quienes  la Fundación Noble premió con las merecidas medallas al desempeño académico y humano.  Por lo bajo, se conocieron  sus historias de esfuerzos propios, familiares y de los maestros  que los apuntalaron  para superar las dificultades.

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“Enseñar de la mejor manera, para que la 91 siempre brille”

La escuelita vieja, a la que acudió una buena parte de los habitantes de Senillosa, fue creada en 1937, en una casa de adobe y barro. La vivienda había sido donada por la esposa del jefe de la estación del ferrocarril, ante la inminente demanda de educar a los hijos de colonos y balseros que se habían establecido en el paraje. Un aula, una cocina, una sala -donde funcionaba la dirección- y una letrina, fueron suficientes, durante años, para escolarizar a alumnos de distintas edades.

Entrada

A lo largo de los años, el aporte de sus maestros, padres, exalumnos y hasta la policía caminera, fue un ingreso fundamental, y permitió, por ejemplo, la construcción de dos aulas más, que hacían de salón de actos en las fechas patrias.

En 1969, comenzó la tramitación del nuevo edificio. Dos años más tarde, se inició la construcción, con fondos aportados por la Fundación Noble. Era el resultado de golpear muchas puertas, animados por la consigna “enseñar de la mejor manera, para que la 91 siempre brille”. Desde entonces, el apoyo fue permanente.

Cerca de las escuelas apadrinadas

 Además de la Primaria N° 91, de Neuquén, la Fundación apadrina a la Escuela de Enseñanza Media N° 14, de Avellaneda; a la EGB N°11, de Villa Ballester, y a la Escuela Técnica N° 5, de San Justo. Las acompaña en forma continua, realizando capacitaciones para docentes en el uso de los medios y las tecnologías, y talleres para alumnos; a la vez que entrega becas, reconocimientos a los mejores alumnos y donaciones de material bibliográfico.  Además, colabora en mejorar las condiciones edilicias y el equipamiento técnico de estas cuatro escuelas públicas.  Durante el año, se atienden las urgencias y las necesidades de cada institución, y se realiza un recorrido final al cierre del ciclo lectivo, para tomar nota de requerimientos futuros.  ¿El secreto de su trayectoria? Trabajar a la par, según comentan los propios docentes.