Solidaridad

Los ingenieros solidarios no miran para otro lado

Una organización interdisciplinaria que trabaja en comunidades postergadas haciendo escuelas, puentes y dando agua y cloacas.
Realización. Festejo de los cinco años de existencia de Ingeniería sin Fronteras sobre uno de los puentes de Santiago del Estero.

La historia empezó hace cinco años, en un café armenio del barrio de Palermo. En la mesa estaban Natalia y Adán. Ella antropóloga, él ingeniero industrial. Dos personas como cualquiera, una del mundo de las ciencias sociales y la otra de formación técnica.

La charla podía haber pasado por cualquier tema, pero derivó en las necesidades de la gente. No de los que viven en Palermo Soho, no de ellos mismos, de la gente olvidada, postergada, de los que puede vivir en pueblos de un extremo del país, o acá a la vuelta.

Pensando en los demás, Natalia Zlachevsky y Adán Levi crearon Ingeniería sin Fronteras (ISF), una asociación civil que hoy trabaja para el desarrollo de comunidades vulneradas a través de proyectos de ingeniería.

Primera obra. Salón Comunitario en Bº Ramon Carrillo (CABA) la primer obra que realizó ISF.

Claro que no es todo ingeniería. Arquitectos, maestros mayores de obra y albañiles, entre muchos otros, forman el equipo de 230 voluntarios que recorre el país haciendo puentes, sistemas de recolección de agua y saneamiento, ampliaciones de escuelas, jardines de infantes y comedores. No hay un tema, hay una voluntad.

 

Iara Culla es voluntaria desde hace tres años. Ayer pasó a formar el grupo rentado de cinco personas que manejan la institución. En el mismo momento que se enteró, Iara renunció al trabajo en el que había pasado 18 años. Cuando se le pregunta si no pensó en su desarrollo profesional, dice: “Yo me quiero desarrollar en el área social, acá aprendo, aplico lo que se y me lleno de satisfacción”. Lo mismo pasa con todos los profesionales que abandonaron una carrera en una empresa, un sueldo tentador y un futuro prometedor para hacer cosas por los demás. También es esa satisfacción por ayudar lo que mueve a los voluntarios que aportan su tiempo al salir de sus respectivos trabajos, o durante los almuerzos.

Ingeniería sin fronteras. Una institución de profesionales de distintas áreas que se dedican a solucionar problemas en comunidades.

Ingeniemos un mundo mejor, el lema de ISF, es una manera de decir que la imaginación puede vencer los límites. Pero no todo es creatividad y buena onda, el trabajo que se centra en desarrollar y concretar obras en conjunto con comunidades argentinas requiere trabajar duro. Para lograr lo que se proponen, es necesario coordinar los esfuerzos, organizar la logística de los voluntarios, dirigir las obras, recaudar fondos y generar compromisos con organismos del estado y particulares.

Hoy, sostienen a ISF mas de dos mil donantes particulares y tres consejos profesionales, el de arquitectos y los de ingeniería industrial y civil. Pero además, la institución da cursos pagos, cuyos profesores donan sus honorarios. En la UTN, desarrollan un curso sobre gestión estratégica de proyectos sociales, algo en lo que son más que expertos. En la Universidad de La Matanza, dan una diplomatura en Energía y Desarrollos Sustentables y tiene un curso online sobre Gestión de Proyectos Sociales que se dicta vía la UTN de Rosario.

Uno de los primeros trabajos de este equipo fue ambicioso, un puente en Colonia Dora, Santiago del Estero. Fue sobre un canal del río Salado para facilitar el acceso de la comunidad. Hormigón armado, 12 metros de largo, 6 de ancho, ingeniería de detalle, financiamiento y coordinación hicieron que el desafío se cumpliera.

 

Después vino un segundo puente. Y el voluntario suizo que se instaló tres meses para hacer su experiencia profesional la primera vez, trajo a 20 suizos más en la segunda oportunidad. Los voluntarios europeos, australianos y latinoamericanos son un aluvión creciente.

Conexión vial. Construcción de un puente sobre un canal de El Salado en Colonia Dora, Santiago del Estero.

 

Conexión vial. Construcción de un puente sobre un canal de El Salado en Colonia Dora, Santiago del Estero.

En Colonia Dora, donde ya hicieron los puentes, ISF está ampliando una escuela agrícola. También esta trabajando para darle agua, energía y telecomunicaciones a la comunidad rural El Negrito, Santiago del Estero; ampliando el jardín maternal N°3 en villa la Florida, Quilmes; construyendo un jardín maternal en barrio La Cárcova, San Martín; ampliado un centro de atención a la niñez en Quilmes; dándole agua a la Comunidad Santa Rosa de Santiago del Estero; ampliando un comedor comunitario en La Plata y un centro comunitario en Córdoba, entre otros proyectos.

En el mundo hay más de 60 ISF como la argentina, todas son independientes. No tienen fronteras pero cada una trabaja en su país. Las fronteras que se proponen superar son las de la indiferencia y el individualismo.

Más información isf-argentina.org