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La Argentina, ante un desafío urgente: que vuelvan al aula casi un millón de alumnos

Son los que se estima que podrían haber abandonado en 2020, tras más de un año con escuelas cerradas. Aconsejan cambios pedagógicos y en los contenidos.

Un millón de estudiantes están en riesgo de quedar afuera de la escuela. Es un número aproximado. Carecemos de datos ciertos. El Ministerio de Educación nacional al presentar en abril la Evaluación Nacional del Proceso de Continuidad Pedagógica, informó que 550 mil alumnos/as tuvieron “nulo contacto con la escuela” y 450 mil “una escolarización de baja intensidad” (Gabriela Diker, secretaria de Evaluación e Información Educativa). Esto significa una situación de “exclusión potencial”.

Argentina padece del problema de exclusión educativa desde hace muchos años. La tasa interanual, en el año 2019, alcanzó a 360 mil alumnos/as, lo que supone que 1.000 estudiantes por día quedaban fuera de la escuela antes de la pandemia.

Este número podría multiplicarse por tres producto de distintos factores que se combinan: 1) el catastrófico impacto en el mundo del cierre general de escuelas que originó este “bajo o nulo contacto” antes referido; 2) el incremento del nivel de pobreza infantil (que alcanzó sobre final de 2020 a un 63% de menores según el INDEC); y 3) las consecuencias que aun desconocemos del sistema PEP (Promoción en proceso) que permitió que en 2020/21 cientos de miles de alumnos siguieran sus estudios pese a no haber aprobado más de tres materias del año en el curso anterior.

Para revertir esta situación los especialistas aconsejan partir de una premisa: el quedar afuera de la escuela no obedece a una decisión unipersonal del estudiante. Hay causas económicas, sociales, políticas, familiares y culturales que se asocian con los antecedentes del alumno/a especialmente de secundaria y la necesidad de salir a trabajar, el sin sentido de los aprendizajes, el embarazo adolescente y las dificultades para estudiar. Todas estas generan problemas de repitencia, sobre edad, baja calidad de aprendizajes, inasistencias recurrentes e indisciplina.

¿Qué hacer ante esta realidad? Los expertos sugieren un sistema de protección de trayectorias educativas que genere intervenciones basadas en evidencia rigurosa. Argentina aun no la tiene. Desde 2012 se viene trabajando una herramienta de información digital que ahora, pareciera, que la tendremos pronto disponible.

Un reciente estudio del BID recomienda combinar varias iniciativas ya sea de retención como de reincorporación con cambios disruptivos en el curriculum, en la pedagogía, en el uso de tecnología en el Secundario, en la creación y ampliación de escuelas de reingreso, en el fortalecimiento de programas de recuperación y aceleración de aprendizajes y en la flexibilización de la oferta educativa para adecuarla a las necesidades de poblaciones vulnerables (donde el impacto ha sido mayor).

Todo esto muestra que el desafío es gigantesco y proporcional a la amenaza que supone para el futuro de la Nación. Por eso desde la web de Educar 2050 hemos lanzado la campaña NADIE AFUERA, #EducaciónATR, para sumar firmas y el compromiso detrás de esta epopeya.

En el Mes de la Educación, en alianza con Fundación Noble y desde este espacio del diario a partir de hoy y los tres jueves siguientes de septiembre, expertos nacionales e internacionales tendrán lugar para el análisis sobre el rezago de aprendizajes, el desafío del uso de la tecnología y los cambios necesarios para mejorar. La consigna ratifica un principio: hay un solo camino y es la educación.

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