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Ir al jardín de infantes mejora el rendimiento hasta la secundaria

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No es una píldora mágica, pero el paso por el jardín de infantes aumenta hasta un 50% las posibilidades de terminar el secundario y baja la tasa de repitencia en hasta siete veces. Primer escalón educativo, el nivel inicial es una etapa clave para la futura trayectoria de los chicos, coinciden los especialistas.

En nuestro país, este nivel experimentó importantes avances en las últimas décadas. Hace más de 20 años, la Ley Federal de Educación estableció la obligatoriedad de la sala de 5, y luego, en 2014, la ley 27.045 amplió la obligatoriedad a partir de los 4 años.

Gracias a estas medidas, la matrícula nacional para la sala de 4 hoy alcanza el 81,5% y en la sala de 5 la asistencia es prácticamente universal (96,3%). Sin embargo, aún hay cerca de 638.000 chicos fuera del sistema.

“Tenemos el desafío de garantizar un mayor acceso, sobre todo en las salas de 3 y 4 años. Hoy, casi el 50% de los chicos de 3 años no asiste al jardín”, señala Verona Batiuk, especialista en Educación Infantil de la Organización de Estados Iberoamericanos.

La obligatoriedad de la sala de 3 años se debatió ayer en plenario de comisiones de la Cámara de Diputados. El proyecto de ley, enviado por el gobierno nacional, tiene como principal objetivo garantizar que los chicos “ingresen en primer grado con mayor igualdad de oportunidades”. El Gobierno quiere que la medida rija a partir de 2017. Implicaría la construcción de 3.000 nuevos jardines.

Definido como una unidad pedagógica que comprende desde los 45 días hasta los 5 años de edad, el nivel inicial sienta las bases para el aprendizaje futuro.

“A través de distintos juegos, el jardín ofrece a los más chicos experiencias alfabetizadoras que facilitan la adquisición de conocimientos y habilidades de lenguaje y oralidad que les permiten ampliar su vocabulario y su creatividad, y que luego son capitalizados para aprender a leer y escribir en primer grado”, explica Cora Steinberg, especialista en Educación de UNICEF Argentina.

Por eso, junto con la necesidad de ampliar el acceso desde los 3 años, la educación inicial enfrenta el desafío de mejorar las propuestas educativas en el aula.

“Todavía se dedica poco tiempo al juego y a la alfabetización, las dos prioridades de este nivel. Casi un tercio de la jornada en el jardín se destina a actividades que no están relacionadas con el aprendizaje, sino con prácticas centradas en la socialización”, agrega Batiuk.

Y concluye: “Necesitamos brindar propuestas de calidad que promuevan aprendizajes significativos en todos los niños y niñas”.